¿Qué es?
La procrastinación, en términos sencillos, es la tendencia a posponer tareas o decisiones, a menudo en detrimento de nuestros objetivos a largo plazo. Este hábito de postergar acciones críticas, aunque seamos conscientes de sus consecuencias negativas, se puede tornar en un desafío personal muy grande. Es como un círculo vicioso: hay una tarea que hacer, la evitamos y dejamos para después, logramos distraernos con otra cosa, vuelve el pensamiento de la tarea por hacer, llega la culpa, y la volvemos a postergar.
4 Estrategias Profundas para un Cambio Duradero
Recomendamos las siguientes:
1. Autoconocimiento y Reflexión:
El primer paso siempre es realizar una profunda autoexploración para identificar los miedos y creencias limitantes que nos impiden lanzarnos a la acción. La reflexión consciente puede ayudar a comprender los motivos de la procrastinación. Esto ya nos permite observar lo que nos está sucediendo y le saca potencia al acto de postergar.
2. Establecer Metas Significativas:
Cuando nos ponemos en contacto con lo que nos hace felices, con lo que encontramos realmente significativo según nuestros valores y necesidades, podemos establecer metas que estén alineadas con nuestras convicciones y deseos.
3. Cambiar de Perspectiva:
Un cambio de perspectiva puede ayudar a combatir la procrastinación al enfocarnos en los aspectos positivos de las tareas y encontrar nuevas formas de abordarlas. Además, puede ayudarnos a encontrar nuevas formas de abordar las tareas, identificar posibles beneficios a largo plazo y reducir la sensación de agobio al dividir las tareas en pasos más manejables.
4. Compromiso Público:
Esto implica compartir nuestras metas y plazos con otras personas para aumentar la responsabilidad y la motivación para completar las tareas. Además de tener la motivación intrínseca de haberle dado nuestra palabra a alguien más, esa persona o círculo de apoyo puedo alentarnos y ofrecernos apoyo adicional. Un/a coach es ideal para acompañarnos en esto.
5. Dividir y conquistar:
Esta estrategia implica dividir las tareas grandes o abrumadoras en tareas más pequeñas y manejables, lo que facilita su abordaje y reduce la sensación de abrumamiento. Al subdividir las actividades en pasos más pequeños, se vuelve más fácil comenzar y mantener el impulso.
6. Busca Apoyo Profesional:
Un coach es ideal para esto. Te ayudará a establecer metas claras, superar barreras emocionales, y desarrollar planes de acción, proporcionando apoyo y rendición de cuentas. En mi práctica profesional ayudo a muchísimos clientes con este tema. Es muy importante, además, entender las razones subyacentes detrás de la procrastinación y así poder desarrollar habilidades de afrontamiento y gestión del tiempo más efectivas.
Conclusiones
En conclusión, abordar la procrastinación es una tarea más compleja que instarnos a tener más disciplina o constancia. Esta tarea implica comprender las causas subyacentes, la identificación de patrones y la implementación de estrategias concretas. Superar la procrastinación no solo conlleva cambiar hábitos, sino también explorar y transformar aspectos más profundos de la psique, permitiendo así un crecimiento personal y profesional más significativo.
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